![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLy5jNkyvQ-bcVrNPFTuN8PArBw5a7fha14NYY0Xijt8_fPadA2KXV1svlmLwe2_ChW9WYTmhA9Yp0r9JxAB4fbN55gVmTzGTCFQt0Pfnm0fRzVyPjvWd09FVZX28h-R1ExXEphT2albMX/s320/holding_hands.jpg)
No recuerdo la primera vez que pensé en besarte, fue sólo una idea fugaz que cruzó mi mente, pero sólo fue eso, la primera.
Una vez tras otra la idea aparecía en mi cabeza, y a veces no sólo como una idea, sino como un fuerte deseo. Quería abrazarte contra mí y fundirme contigo, pero jamás lo creí posible. Era como ese sueño inaccesible que debes contentarte sólo con soñar, como ese amor imposible que nunca podrás tener, pero, bien sueño, bien amor, me valía con que existiese, pues me hacía sentir bien, divertida, en ocasiones llegaba a avergonzarme de mis pensamientos tanto que los colores poblaban mi rostro.
Pero el otro día, un rayo de esperanza iluminó mi deseo, descubrir lo que habías escondido en tu corazón y tu mente tanto tiempo, me hacía temblar de emoción, me hacía estremecerme, y casi no podía escribirte en mi ordenador. Si te hubiese tenido allí, no habría podido resistir el no pegarme a ti hasta quedarme sin aliento. Lo que había deseado y temido a la vez, ¡se estaba haciendo realidad! También habías pensado besarme, también querías hacerlo, y no podía creerlo. Dejé que hablaras, dejé que te confesaras conmigo, que sacases todo aquello que te agobiaba, y luego, fue mi turno. El corazón quería salirse del pecho, apenas atinaba a escribir, sólo el ordenador me unía a ti, y, precisamente, era lo que me separaba de tu lado.
Ese día, viví en una nube, sólo pensaba en ti, en cómo sería besarte. Recordaba momentos a tu lado, tus ojos, tus sonrisas, tus bromas… sólo quería verte, pero tú no estabas.
Pero no importa, creo que podría romper cada barrera y acercarme del todo a ti, tocarte sin que me rechaces por miedo a lo que sientes, mirarte sin que te dé vergüenza que sepa lo que esconde tu corazón, hablarte en susurros al alma compartiendo los sueños, besarte sin tener que preguntar primero. Eso es lo que deseo ahora, lo que he deseado sin saberlo más tiempo del que creí. Sé que tienes miedo, y mentiría si dijese que yo no. No sé qué puede ocurrirme mañana y, ante todo, sé que no quiero herirte, pero no puedo evitar desear besarte pese a todo. Lo que siento por ti me empuja sin control hacia delante, a tratar de vencer el miedo, a olvidar el mundo que nos rodea, a crear un instante en el que sólo existamos tú y yo y alargar ese instante eternamente.
Quizás son castillos en el aire, pero hace varios días que nos confesamos y sólo puedo pensar en ti, será como la primera vez que probe tus labios, donde sentía tu calor mientras nos abrazamos y mientras pensaba cuál será la excusa que haga posible este sueño.
No puedo evitarlo, en cada momento te encuentras en mi cabeza, cuando voy en auto o avión no puedo leer porque no me dejas, estoy hablando con alguien y, de repente, esa sonrisa de “estúpida feliz” aparece en mi cara. Sólo han pasado cinco días y toda mi cabeza gira en torno a ti, no puedo evitar nombrarte a la menor ocasión, releer nuestras conversaciones una y otra vez, escuchar tus canciones y ver tus fotos.
Sé que no sería fácil, pero eso no me importa; sé que en unos meses te marcharás y un año se interpondrá entre tú y yo, pero no me importa; sé que tienes miedo, sé que sigue existiendo un fantasma, pero no me importa… No sé si lo entiendes, pero no me importa nada que no sea lo que siento por ti y lo que puedas sentir tú por mí. ¿Qué es? No me atrevo si quiera a imaginarlo, sólo sé que me está haciendo extrañarte como a nadie, sé que estás a unos minutos, pero me parecen eternos; que me hace latir el corazón tan acelerado cuando pienso en ti que sólo puedo oírlo a él; que me hace temer besarte una vez porque no sé si sabré detenerme después.
No entiendo qué ocurre, ni porqué, sólo sé que te has metido en mi vida y no quiero que salgas porque te amo..
No hay comentarios:
Publicar un comentario